El gasto promedio de las empresas en capacitación y desarrollo de personal aumentó drásticamente de 2008 a 2020. Actualmente, los empleadores de todo el mundo invierten un aproximado de $1270 USD por trabajador, según datos de Statista. 

Aun así, la mayoría de las capacitaciones en las empresas hoy en día son ineficaces o no alcanzan su máximo potencial. 

Apenas el 12% de los empleados aplica las nuevas habilidades aprendidas en los programas de formación que reciben en sus trabajos, de acuerdo con una encuesta de 24×7 Learning. 

Además, solo el 25% cree que la capacitación recibida mejoró el rendimiento de manera medible, de acuerdo con una encuesta de McKinsey.

7 razones por las que la capacitación puede fallar

Los desafíos de cada empresa y de cada colaborador son distintos; sin embargo, existen algunos obstáculos o factores de riesgo en común que explican por qué la mayoría de las capacitaciones no ofrecen los resultados esperados: 

Falta de motivación y/o compromiso

La pérdida o ausencia desde el inicio del interés, motivación y/o compromiso por parte del colaborador puede deberse a:

• Que la capacitación se está impartiendo en un horario en que el empleado ya está mentalmente cansado. 
• Que el empleado no entiende para qué lo están capacitando o no le ve relevancia inmediata. 
• Que no identifica ningún beneficio personal que pueda obtener de la capacitación, o incluso la ve como “trabajo extra”.
• Que tenga experiencias pasadas negativas con la capacitación. 
• Que no vea oportunidades para poner en práctica los conocimientos adquiridos. 

Tiempo limitado y prioridades contrapuestas

La capacitación tiende a ser vista como algo importante, pero nunca urgente. De hecho, suele quedar relegada hasta el final al momento de que un colaborador organiza su agenda de trabajo, especialmente cuando debe dedicar una o más horas seguidas a mirar los contenidos y realizar las actividades. 

Como ya mencionamos, dejarla hasta el final también incrementa el riesgo de que el empleado ya no esté receptivo al momento de tomarla. 

La realidad es que mientras más largo sea el tiempo que demanda cada bloque, más posibilidades hay de encontrar un pretexto ideal para posponer, y mientras más se posponga, menos motivación existirá.   

Falta de conectividad

Los programas de capacitación empresarial en línea también deben luchar con la falta de conectividad de los empleados, especialmente cuando se trata de empleados que trabajan en campo o en zonas remotas. 

Por lo general, estos no se interesan en la formación porque conseguir los medios para realizarla les cuesta demasiado trabajo y la relación “costo-beneficio” no les favorece. 

Sobrecarga de información

Los programas intensivos de capacitación que duran varias horas o varios días pueden parecer una solución óptima para maximizar recursos y aprovechar más rápido las capacidades de los colaboradores. 

Pero la realidad es que, de acuerdo con la teoría de la carga cognitiva, las personas no pueden absorber y recordar grandes volúmenes de información en corto tiempo. Cuando se ven expuestas a demasiada información en una sola sesión, olvidan mucho más rápido de lo normal lo enseñado.

Falta de planificación

Muchos programas de capacitación son geniales en sí mismos, excepto por el detalle de que no fueron planificados de acuerdo a las necesidades específicas de los colaboradores, y en ocasiones ni siquiera atendiendo a los objetivos más relevantes de la compañía. 

Antes de aplicar un curso de formación de personal, es imprescindible dedicar tiempo y esfuerzo a una planeación instruccional correcta. 

Descuidar lo que sucede después del entrenamiento

Si los colaboradores no tienen la oportunidad de aplicar lo aprendido, empiezan a percibir la formación como una pérdida de tiempo. Además, el conocimiento decae rápidamente. 

Por ello, es fundamental que al terminar el entrenamiento, las nuevas habilidades se pongan en práctica, lo que también resulta una forma efectiva de reforzar lo aprendido. 

Confiar en que la tecnología hará todo el trabajo

Las herramientas tecnológicas son excelentes aliadas de la capacitación empresarial. Sin embargo, no se puede cometer el error de pensar que por sí solas resolverán todos los problemas de formación y garantizarán el éxito del programa.

Otro error que afecta la capacitación es seleccionar una tecnología que no se alinea con las necesidades específicas de la empresa ni de los colaboradores.

Para tener una capacitación a prueba de fallas y que los empleados completen correctamente, puedes apostar por el microlearning o microaprendizaje. Esta estrategia hace que la capacitación sea más flexible porque se adapta a los horarios de los colaboradores. 

Además, es más interesante y fácil de digerir por el formato del contenido en pequeñas cápsulas que evitan la sobrecarga de información, y las distribuye mediante plataformas como redes sociales y aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp, de una forma más efectiva, dinámica y entretenida.